miércoles, 13 de mayo de 2015

MAESTROS ASCENDIDOS CONOCER AL ÁRBOL POR SU FRUTO

Durante Mi ministerio, no había un día en que no disfrutara de esa paz que sobrepasa todo entendimiento. Esto me permitió estar en comunicación constante con el Padre y llevar a cabo las múltiples sanaciones--- registradas y no registradas --- que nuestro Padre vertió  a través de Mi para bendecir a la vida. Esto fue tan evidente que se me ha llamado el "principe de la Paz".
Cuando yo dije, "Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios" quise decir más de lo que esas palabras parecen entrañar. Quise decir que no se puede ser un alborotador, un incitador a la discordia y,  al mismo tiempo, reclamar las prerrogativas de un pacificador --- esto es, ser llamado hijo de Dios. Yo tambien afirmé "cada árbol se conoce por su fruto".
Tomado de libro: Diario de  el Puente a la Libertad/Jesús

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