En calidad de una que en una ocasión llevara puesto un cuerpo terrenal similar al de ustedes, puedo decirles que, ni José, ni Jesús, ni Yo podíamos haber sido victoriosos en Nuestra asociación con la humanidad y las apariencias humanas de la época, ni en Mi asociación con los discípulos en el establecimiento de la dispensación Cristiana, de no haber sido por la presencia constante y amoroso cuidado de los poderosos Arcángeles y la Hueste Angélica. He dicho es una y otra vez,Por toda la eternidad habré de estar agradecida por Su vigilancia cuidado y servicio que Me prodigaron. Ustedes que han estado aquí presentes durante las visitaciones de esos grandes Arcángeles (cuando descargaron los dictados para Su libro 4), ustedes, que por consiguiente tienen en sus mundos al menos algo de la sustancia de la mismísima vida de Ellos, saben algo de lo que estoy hablando.
Solo piensen en esos grandes y poderosos Seres que también tienen que habérselas con otros planetas y otros universos distintos a este y, sin embargo, dar de su vida y atención a un puñado de corrientes de vida no - ascendida, con la esperanza de despertar en esas conciencias el mismo amor que Ellos tienen por la vida, y el mismo deseo y determinación de liberar es vida. Indudablemente agradecida estoy como una que también fue beneficiada de Su vertida, de que ustedes también tengan como amigos a estos grandes Arcángeles. Estoy igualmente agradecida de que ustedes conozcan algo de Su servicio a la Vida, y de que estén dispuestos a invocarlos por nombres y sentir la radiación de Su Presencia con ustedes.
Extraído del libro: Diario de el"Puente a la Libertad"Madre María
Los siete Arcángeles hablan(Panama Serapis Bey Editores, S.A. - 1996.
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