EL  AMOR  ES  EL  BALANCE   PERFECTO
       
          ¡Es edicto Divino que todos los hombres se conviertan en Maestro de Amor en su sentido más verdadero! No hay corriente de vida en todo el gran universo de Dios que, de alguna manera, no sea un dispensador del elemento de Amor Divino. El Amor es la fuerza dual de expresión y contracción, cohesión e irradiación. Es una fuerza centripeta y centrifuga. Es menester que la corriente de vida esté anclada en el centro exacto de su mundo (su corazón), y que las dos fuerzas estén igualmente controladas de acuerdo al requerimiento del momento. ¡ESO ES MAESTRÍA!
           El Amor debe ser capaz de dar de sí en la descarga de radiación, y mantener un objeto en su propia órbita de manera que no se acerque demasiado ni se aleje mucho de la inteligencia central gobernante, de acuerdo con el Designio Divino. Este es el aspecto más dificil en el logro de la maestría: controlar la vibración atrayente de la fuerza de amor y mantener el equilibrio entre la bendición y la absorción. Si la atracción del Sol atrae a un planeta siquiera infinitisinalmente demasiado cerca a su centro, ese planeta deja de existir. Por otra parte, si un planeta es empujado por el Sol siquiera un poquito demasiado hacia fuera de su órbita, cesa de existir.
          Igual ocurre con el hombre en su relación con toda cosa viviente y respirante, con todo objeto inanimado y con toda fuerza y poder con que está dotado. Aún espiritualmente, aquel que atrae conocimiento y poder de la vida y no da un balance en servicio, ese individuo está descentrado. En su experiencia actual con la Ley y con el poder del Amor, el hombre utiliza demasiado poco de la fuerza saliente (que repele la presencia de gente y cosas) o---mediante la mala utilización del poder cohesivo---acumula más de lo que puede balancear en servicio, La gran lección que nos toca aprender es la de la actividad equilibrada del puro Amor Divino.
          Tomado del libro:DIARIO DEL PUENTE A LA LIBERTAD-PABLO EL VENECIANO