CRUELDAD   A   LOS   ANIMALES
                 LOS   VIVISECTORES   LA   PRACTICAN
C.W.L. Nada hay que excuse la crueldad deliberada infligida a los animales. Son nuestros hermanos menores, y aún cuando no lleguen a hombres, habrán de serlo después de muchas o pocas encarnaciones. La practica de cruel experimentación en animales es horrenda, y nunca podrá beneficiar realmente a los hombres, por que la ley del karma no puede modificarse, y lo que el hombre siembra es lo que tiene que cosechar. He oído decir a la doctora Besont que no es licito salvar vidas por medios semejantes. Sabemos que el instinto de conservación se haya arraigado  en cada hombre y en cada animal; que el cuerpo que se ha formado a costa de tan considerable esfuerzo y trabajo debe dar servicio a la vida inmanente por tan largo tiempo como sea posible; y que, por tanto, la vida humana debe salvarse cuando para ello sea posible emplear procedimientos lícitos. Pero los fines no pueden justificar todos los medios posibles. Sentimos justificada admiración por aquel que afronta la muerte antes que la deshonra para el ser humano el salvar vidas por medios de tan diabólicos procederes. Nuestra Presidenta afirmó que para ella era preferible morir a salvar su vida de esta manera.
            Sobre este punto hay gran variedad de afirmaciones entre los miembros de la sociedad Teosófica, en la que cada quien es libre de sustentar tales o cuales creencias; pero la antes citada afirmación del Maestro es perfectamente definida. Sea cual fuere el horror que nos infiere la crueldad de la vivisección, no obstante debemos tener cierta tolerancia para algunos doctores y para otras personas que, aún cuando partidarios de su conveniencia hacen estos experimentos lamentando su implícito dolor;no por el placer de la crueldad--- aún cuando la existencia de tales cosas entre los huma nos si da oportunidad a algunos espíritus en forma humana para ejercerla---, si no por que estiman que el único medio de salvar cuerpos humanos del dolor y de la muerte, y creen sinceramente que en tales casos, los medios que se emplean quedan justificados por el fin que se persigue. De allí que por más opuestas que puedan ser nuestras opiniones con los de estas personas, condenamos el pecado pero no al pecador. Queda fuera de toda duda que el karma tiene que acarrear grandes dolores a los que practican la vivisección . Los que miran a tales personas con una indignación  que casi llega al odio, cambiarían su actitud al darse cuenta de tal circustancia.