lunes, 1 de octubre de 2012

              EL   CANTO   DEL   SILENCIO
            Dios a través de la vida, es el silente poder motivador del Universo. La emanación natural de vida es luz. A medida que ustedes se convierten en peregrinos conscientes en el Sendero Espiritual del Silencio, aprenderán de la mismísima vida la exquisita belleza de ser una faceta de su insofocable Llama. 
               Todos los Maestros Ascendidos, devas, hombres, aves, animales y cosas que crecen son expresiones de la vida Una que lo abarca todo. Por todo el infinito y las Galaxias de los Soles, no hay el más infimo espacio donde la vida no esté. Esta vida es Dios, una sustancia universal, sea que se exprese como un Sol...¡O como una hoja de hierba!
               Para el sabio la vida es una amable maestra que comparte sus más grandes regalos desde el corazón del silencio. Para hombres de menor comprensión, la vida es una estructura más severa, pero siempre con sólo un propósito, el de enseñar a su mismísima expresión las multiples glorias contenidas en su silente palpitante ser.
De recordar hablar unicamente cuando sus palabras son más doradas que su silencio, los cuerpos mental, emocional, etérico y físico del chela se aquietan lo suficiente como para escuchar el canto del silencio, para comprender el idioma de las aves y de los animales y la dulce voz de la hierba que crece; y finalmente de tal manera se sintoniza con la vida expresada en la naturaleza, que el chela, es capaz de zambullirse en el secreto sagrado de su propio corazón palpitante, donde vive el Santo ser Crístico de cada uno.  
               El chela tiene que aprender que no hay libro, palabra ni muleta externa que pueda desentrañar las fuerzas secretas que yacen dormidas dentro de sí. Cuando sus cuerpos por cuenta de un largo aquietamiento, se callan lo suficiente y asumen sus puestos apropiados como sirvientes (no como amos) de la forma, podrá entonces convertirse en la voz del silencio, y su presencia podrá desentrañar (y desentraña) la sanación oculta el pecho de otro, disolver las sombras del dolor de otro y amablemente guiar a otra parte de si mismo el mismo camino silencioso que conduce a la auto-maestría.
              Tomado del libro:  BOLETINES PRIVADOS DE THOMAS PRINTZ (vol. 5)

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